El 80% de las muertes por ahogamiento del pasado año en Baleares se produjeron en playas que no contaban con socorrista. De las 22 víctimas mortales registradas hasta el 31 de agosto, sólo 5 perdieron la vida en playas o instalaciones (puertos o piscinas) que sí disponían de socorristas.
Así lo especifica la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) en un momento en que acaba de hacer público su informe nacional sobre ahogamientos. Con todo, ya se ha podido concretar que el 77% de los fallecidos en el archipiélago perdieron la vida en zonas sin vigilancia (17 de 22), un porcentaje que se sitúa a medio camino de los registrados en los últimos dos años: un 70% en 2016 (26 de 37) y un 86% en 2017 (24 de 28).
Estos porcentajes no difieren mucho de los registrados en otros puntos de la costa española; de hecho, la media de muertes en playas sin vigilancia recogida en el informe nacional se sitúa en el 82% (206 de 251). Desde la RFESS se trata de un dato que ejemplifica lo que llevan años reivindicando desde la propia federación: que el incremento y mejora de los servicios de vigilancia redundaría en un aumento de la seguridad y por ende de las vidas salvadas en aguas de baño.
Desde Grupo Cabanach queremos hacer hincapié en que la contratación de socorristas no es simplemente un imperativo legal, es necesario a la hora de mantener la seguridad en piscinas de hoteles, playas, piscinas municipales o comunidades de vecinos. La prevención en estos casos es muy necesaria.