Técnicas de salvamento para socorristas adaptadas al COVID-19

Las zonas de baño, como playas o piscinas, son la solución ideal para conseguir aplacar el calor que hace en los meses de verano. Durante los momentos que pasamos disfrutando del agua, también nos gusta saber que estamos a salvo y que hay alguien velando por nuestra seguridad ante posibles complicaciones en el medio acuático. Ese es precisamente el objetivo de todos los profesionales de Aquatas Socorristas.

Este verano, la labor del socorrista se ha complicado debido a la pandemia del COVID-19. No es porque sus funciones incluyan la vigilancia de los bañistas para que éstos cumplan con las normas de seguridad, ya que de esto se debe encargar personal auxiliar, sino porque la naturaleza de su trabajo contradice las recomendaciones sanitarias de mantener el distanciamiento social.  

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Los socorristas de Aquatas han tenido que adaptar sus protocolos de actuación y extremar las precauciones a la hora de ejercer su trabajo, con el objetivo final de minimizar las probabilidades de transmisión del virus.

Aunque la normativa a aplicar queda en manos de las autoridades locales y de las empresas gestoras como Aquatas Socorristas, la Federación Española de Salvamento y Socorrismo ha publicado una guía con las pautas a seguir para garantizar la protección de la salud tanto de socorristas como de bañistas durante la pandemia del COVID-19.

Al tradicional silbato y flotador, este año los socorristas deben sumar equipamientos de protección personal tales como mascarillas FFP2 o FFP3, protección para los ojos y guantes para cuando deban hacer alguna intervención. Como el resto de la población, deben llevar siempre mascarilla y desprenderse de ella únicamente cuando vayan a realizar un salvamento en el agua. Además, deben tratar de establecer el mínimo contacto con compañeros o bañistas y aplicar escrupulosas medidas de higiene tanto en su persona como en el material de salvamento y os puestos de socorro.

En cuanto a las técnicas de salvamento, la principal novedad es la recomendación de priorizar las compresiones torácicas frente al tradicional “boca a boca” para reanimar a un ahogado, ya que la principal vía de contagio del virus son las vías respiratorias. El socorrista debe evaluar la respiración sin acercarse demasiado, cubriendo las vías respiratorias de la víctima con una mascarilla, y si fuese necesario aplicará la ventilación con un respirador manual.

Los rescates deberán hacerse de forma que se limite el contacto con la víctima al estrictamente necesario, en las playas se realizará preferentemente con embarcación o moto acuática, y en las piscinas manteniendo la cara del bañista en dirección contraria a la del socorrista. Siempre que sea posible, el socorrista deberá colocar una mascarilla quirúrgica a la víctima antes de realizar las acciones de salvamento.

Desde Aquatas Socorristas, insistimos para que los gestores de las zonas de baño refuercen su personal con controladores de bañistas y con técnicos de mantenimiento de piscinas que garanticen la limpieza del agua y de las zonas comunes. Pero, este año más que nunca, recomendamos a los bañistas que sigan las normas de seguridad y hagan un uso responsable de las playas y piscinas para evitar contagios durante el tiempo de ocio.

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