Los ciberataques son una amenaza cada vez más frecuente y peligrosa. Las empresas que los padecen se enfrentan a graves consecuencias económicas, legales y de reputación que no siempre están preparadas para afrontar. El director de la empresa, como cabeza principal de la misma, debe tener claro cómo actuar ante estos contratiempos.
La comunicación es primordial y no sólo con las autoridades competentes que nos ofrecerán apoyo y asesoramiento, sino también con empleados que ayudarán a evaluar los daños ocasionados y a conocer el alcance.
Una vez sepamos hasta dónde ha llegado el ciberataque, tomaremos aquellas medidas necesarias o mejoraremos las que disponemos. Todas aquellas acciones que minimicen posibles futuros daños son claves para la seguridad de la empresa.
La extorsión es una de las causas principales de ciberataques. La exigencia de un rescate a cambio de no divulgar o destruir la información robada o de restaurar, de nuevo, el funcionamiento de los sistemas suele ser moneda de cambio en este tipo de delito. No se debe ceder ya que no hay garantía de que el atacante vaya a cumplir su palabra.
Este es un pequeño resumen de los pasos que se deben de seguir si sufrimos un ciberataque, pero no los únicos. Dependiendo de la naturaleza del mismo existen diferentes y variadas medidas. Lo importante es actuar con rapidez y responsabilidad para minimizar los daños y maximizar la seguridad. Contar con el apoyo y la profesionalidad de empresas entendidas en esta materia ayudará a centrarnos en lo prioritario y que el tiempo juegue a nuestro favor, no al contrario.