Los colegios e institutos ya han retomado su actividad después de más de dos meses de vacaciones y lo han hecho, por fin, con normalidad. Atrás quedan ya las imágenes de los niños y adolescentes con mascarilla, jugando por grupos separados en los recreos y yéndose rápidamente a casa al finalizar la jornada escolar por miedo a estar con gente. En esto se ha vuelto a avanzar, pero hay algo en lo que queda mucho por hacer. Se produce la vuelta al cole y con ella regresan algunos comportamientos intolerables que nunca se deberían producir. Estamos hablando del bullying. De nuevo, existe la urgencia de frenar el acoso escolar. El regreso a la actividad escolar debería ser motivo de alegría para muchos, pero, desgraciadamente, son demasiados los que van a sufrir una pesadilla.
Urge frenar el protagonismo para el acoso escolar
La urgencia por frenar el acoso escolar es tan clara que, si uno se centra en los datos tras recoger respuestas de alumnos y profesores de diferentes centros del país, entre ellos los de las Islas Baleares, uno de cada cuatro jóvenes sufre acoso escolar, con todo lo que eso implica. Lo que puede comenzar siendo un juego para algunos niños y adolescentes, se convierte en algo terrorífico para quien lo padece.
Las consecuencias pueden ser muy graves, y no estamos hablando del futuro, sino que el mismo presente puede ser algo desalentador que puede desembocar en estrés, ansiedad, depresión y, en los casos más graves, el suicidio. Por eso, la tarea de prevención del bullying es fundamental y la figura de un detective privado puede ayudar mucho. Si un adolescente comienza a tener cambios de comportamientos y humor, tiende a aislarse y se comunica menos, nos puede estar dando unas pistas de que algo va mal.
Para frenar el acoso escolar, un detective privado puede ser una alternativa más que válida. En Grupo Cabanach contamos con una gran experiencia y trayectoria en el sector y sabemos cómo se puede colaborar a detectar un caso de acoso escolar y probarlo, ya que en muchos centros escolares no se hace nada por tratar de averiguar.
Lo que puede hacer un investigador privado es centrarse en el entorno público del menor. Esto quiere decir que puede resultar clave realizar un seguimiento de su comportamiento desde que sale del colegio hasta que regresa a su hogar. Ahí se puede llegar a ver si se queda con amigos, si se detiene o si su estado de ánimo, por ejemplo, ha cambiado de manera radical. Por supuesto, si el acoso escolar es a nivel físico, puede ser más fácil de probar.
Lo realmente importante es frenar el acoso escolar. Desgraciadamente se ha convertido en algo más habitual de lo esperado y algunos ya lo ven como normal, sin pensar en el daño que pueden estar causando a un compañero.